Un equipo de astrónomos ha descubierto que una estrella muy brillante llamada Epsilon Aurigae y situada a dos mil años luz de la Tierra parece perder parte de su luminosidad cada 27 años durante 18 meses debido a un "eclipse". Su estudio se publica hoy en la revista Nature.
El oscurecimiento está causado por una nube geométricamente delgada, oscura, densa pero parcialmente traslúcida, que se coloca cada cierto tiempo en el plano entre la estrella Epsilon Aurigae y la Tierra, haciendo que se vea menos brillante.
“Esto realmente muestra que el paradigma básico era correcto a pesar de las pocas probabilidades de que se produjera tal alineamiento”, ha explicado John Monnier, profesor asociado en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Michigan y coautor del estudio. “Me dejó asombrado que pudiéramos capturar estas imágenes. No hay otro sistema como este conocido. Y además parece estar en una fase rara de la vida estelar. Y todo esto ocurre tan cerca de nosotros. Es extremadamente fortuito”.
Esta hipótesis ha podido ser probada gracias a una técnica llamada interferometría, que combina la luz de cuatro telescopios y luego la amplifica. Como resultado se obtiene una imagen 100 veces mayor comparada con la que se logra directamente con el telescopio espacial Hubble. En otras palabras, antes de este instrumento las estrellas se veían como meros puntos de luz aún con los telescopios más grandes.
“La interferometría ha hecho realidad la toma de imágenes de alta resolución de objetos distantes”, afirma Fabien Baron, un investigador doctorado en el Departamento de Astronomía que participó en el procesamiento de las imágenes para este estudio. “Probablemente ese instrumento resolverá muchos misterios y también nos abrirá nuevos interrogantes”.
El oscurecimiento está causado por una nube geométricamente delgada, oscura, densa pero parcialmente traslúcida, que se coloca cada cierto tiempo en el plano entre la estrella Epsilon Aurigae y la Tierra, haciendo que se vea menos brillante.
“Esto realmente muestra que el paradigma básico era correcto a pesar de las pocas probabilidades de que se produjera tal alineamiento”, ha explicado John Monnier, profesor asociado en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Michigan y coautor del estudio. “Me dejó asombrado que pudiéramos capturar estas imágenes. No hay otro sistema como este conocido. Y además parece estar en una fase rara de la vida estelar. Y todo esto ocurre tan cerca de nosotros. Es extremadamente fortuito”.
Esta hipótesis ha podido ser probada gracias a una técnica llamada interferometría, que combina la luz de cuatro telescopios y luego la amplifica. Como resultado se obtiene una imagen 100 veces mayor comparada con la que se logra directamente con el telescopio espacial Hubble. En otras palabras, antes de este instrumento las estrellas se veían como meros puntos de luz aún con los telescopios más grandes.
“La interferometría ha hecho realidad la toma de imágenes de alta resolución de objetos distantes”, afirma Fabien Baron, un investigador doctorado en el Departamento de Astronomía que participó en el procesamiento de las imágenes para este estudio. “Probablemente ese instrumento resolverá muchos misterios y también nos abrirá nuevos interrogantes”.